“Comencé a revisar el texto y me di cuenta de que se trataba de un enorme montón de mierda generada por el traductor de G…
Aún así entregué una traducción perfecta… pero el cliente envió mi magnífico trabajo a un idiota analfabeto para editar que lo terminó destrozando.
Y luego van y publican en Internet la traducción llena de errores con mi nombre.”